martes, 16 de octubre de 2012

¿SERÁ POSIBLE EL SUR?

Hoy, octubre 10 de 2012 (10/10/12) se da comienzo a la publicación de este blog que tiene por objeto recoger, divulgar, plantear, denunciar y proponer situaciones relacionadas con el desarrollo y el progreso de toda NUESTRA AMERICA DEL SUR. “Una joven que se niega a ser conquistada por los Yanquis”, “Una joya que aun conserva profundas riquezas a pesar del saqueo sistemático al que se ha visto sometida desde sus primeros tiempos”, “Una indómita que rechaza al enemigo y acoge al amigo bajo su protección natural”…Con estos apelativos se la ha llamado a Nuestra América del Sur, pero, sin duda, ¡Cuantos apelativos mas le vendrían bien! “Antes que la peluca y la casaca Fueron los ríos, ríos arteriales: Fueron las cordilleras, En cuya onda raída El cóndor o la nieve parecían inmóviles: Fue la humedad y la espesura El trueno sin nombre todavía Las pampas planetarias. […] Tierra mía sin nombre, Sin América, estambre equinoccial, Lanza purpura, Tu aroma me trepó por las raíces Hasta la copa que había bebido, Hasta la más delgada palabra Aun no nacida de mi boca” (Pablo Neruda. Canto General) Ahora, cuando Nuestra América del Sur empieza despertar, cuando los ojos del mundo comienzan a mirar con cierto asombro y con muchas ansias a nuestros pueblos y las tierras amerindias notan la presencia de seres extraños; ahora que nuestros gobernantes parecen comprender que la UNIDAD SURAMERICANA es posible y que las aparentes diferencias sociales, económicas y políticas no son tan reales como nos las han vendido decadentes politiqueros, ahora, digo, es cuando tenemos que levantarnos con las manos y los corazones unidos para reivindicar la supremacía que otrora dignificara la existencia grande de los Incas, los Caribes, Quechuas, Yanonamis, Guambianos, Aimaras y un largo etcétera que poblaron, enriquecieron y desarrollaron con orgullo aquella América del Sur que hoy despierta de su noche oscura. Desde la Patagonia hasta la Guajira, desde Tumbes hasta Recife se comienzan a sentir cambios importantes que dan muestra inequívoca de que “algo” está sucediendo, y no se trata de aceptar o no que esto es así, sería mas inteligente preguntarnos cuál es el papel (a nivel individual y colectivo) que debemos jugar en estos procesos. Esa es la cuestión. El viraje hacia unas políticas de estado de largo alcance y de corte social en algunos países de la región tales como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Paraguay e incluso, Colombia, son una muestra del surgimiento del concepto de UNIDAD en la zona. Cabe recordar que los lazos sanguíneos son un fuerte vínculo en la región. Tanto Mercosur como la Comunidad Andina y el Parlamento Andino –con todas sus posibles fallas-, son iniciativas que de manera indirecta han servido de base para demostrarnos a nosotros mismos que una unidad política, social y económica puede ser posible en términos de desarrollo y progreso para la región. Porque mas allá de nombres y apellidos de presidentes y primeros ministros, mas allá de leyes y tratados multilaterales, lo que subyace y en lo que se debe trabajar es en la premisa que juntos somos fuertes y podemos tomar las decisiones correctas encaminadas al desarrollo sostenible y sustentable que llegue a todos y cada uno de los suramericanos sin importar las diferencias que nos han querido imponer (por que estas diferencias no existen en realidad) desde ambientes externos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco de Desarrollo Interamericano (BID) o la misma Organización de Estados Americanos (OEA). Porque, además: ¿Qué tienen en común los Pueblos Suramericanos? Una rápida visión del asunto nos lleva a pensar que las diferencias subsisten en tanto les conviene a otras naciones o grupos de poder, por que, al fin y al cabo, “divide y reinarás”, dice un viejo proverbio. La unidad es el factor más importante para alcanzar el máximo desarrollo de un organismo, por tanto, el primer paso es reconocerse a sí mismos como actores de un proceso que se interrumpió con la llegada de los señores de la guerra (otrora llamados “Conquistadores”). Luego del reconocimiento, se hace necesario establecer las similitudes y complementariedades de nuestros pueblos, esto pasa por la raza, los idiomas, los productos propios de cada región, las religiones, la cosmogonía, los factores políticos y económicos, etc. Finalmente, es importante determinar los futuribles que se desean en términos, como ya se dijo, de desarrollo sostenible, sustentable y de progresos para todos. Este último factor es crucial si se desea avanzar, evitando posibles interpretaciones erróneas, sesgadas o incompletas de ese futuro que debe llegar al conjunto de la sociedad Suramericana. El proceso anterior tiene muchos enemigos. Siempre habrá quien se lucre con la guerra, habrá quien “vea armas de destrucción masiva donde solo hay recursos energéticos”, pero, en todo caso, la verdad prevalece cuando el ser humano en su unidad exige y trabaja por la equidad. Desde este espacio estaremos promoviendo iniciativas de índole social, política y económica tendientes a la reunificación y reivindicación de los pueblos suramericanos, conscientes de que mas temprano que tarde, AMÉRICA DEL SUR se levantará como un gigante que despierta de su provocado letargo y toma las riendas de su propio futuro. “Cuando un hombre se decide gallardamente a tomar en sus manos las riendas de su propio destino, el futuro es incierto”. Creemos que esto mismo sucederá con Nuestra Sur América, por que con todos los errores cometidos y aquellos que se cometerán, es cien mil veces mas valioso vivir su propia existencia que seguir los dictados y las huellas de alguien mas. En consecuencia, hacemos extensiva la invitación a todas las personas o entidades que deseen utilizar este espacio como medio de comunicación de sus inquietudes relacionadas con el devenir de AMÉRICA DEL SUR y sus pueblos. ¿SERÁ POSIBLE EL SUR? ¿Será posible el Sur? será posible tanta bala perdida al corazón del pueblo, tanta madre metida en la palabra loca y toda la memoria en una cárcel ¿Será posible el Sur? será posible tanto invierno caído sobre el último rostro de mi hermano, tanto salario escaso riendo con descaro y en el plato vacío el verdugo esperando. Mi territorio que una vez gira en la oscuridad de esa pregunta, de esa pregunta: ¿Será posible el Sur? ¿Será posible? si se viese al espejo ¿se reconocería? (Mercedes Sosa)

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